viernes, 12 de agosto de 2016

El perro del hortelano (1996)

Una producción española, para variar.

Diana, la condesa de Belflor, esta enamorada de Teodoro quien a su vez esta enamorado de Marcela, una de las sirvientas de Diana. Llevada por los celos y la envidia la condesa tratara de separar a los dos amantes.

Emma Suárez y Carmelo Gómez han trabajado juntos en numerosas ocasiones, por ejemplo hace tiempo hable de las tres primeras películas de Julio Medem en las que aparecen. Esta es quizás la que mas me sorprendió en su día por varios motivos.

Para empezar es una obra de Lope de Vega, lo cual siempre es un plus, ademas se trata de una de sus las mas aclamadas en teatro desde su estrenó en 1615.

Esta dirigida por Pilar Miró. De hecho esta fue su última película ya que falleció un año después, con ella ganó 7 premios Goya.

El reparto lo completan nombres como el de Ana Duato (Marcela), conocida por series como "Cuentame" o "Medico de Familia". Fernando Conde (Tristan), es el ex-tercer miembro de Martes y 13, salió también en "Noviembre" (2003). Miguel Rellán (Fabio), salio en "Amanece que no es poco" (1989), "Soldadito Español" (1988) y un sinfín de titulos. Ángel de Andrés López (Ricardo), famoso por ser Manolo en "Manos a la Obra", falleció hace unos pocos meses. Blanca Portillo (Dorotea), conocida por "7 vidas", salió también en "Alatriste" (2006).

El título proviene del dicho que dice que "el perro del hortelano ni come ni deja comer". Y es esa, en esencia, la historia pues la condesa no ama ni deja amar y por eso vuelve locos a todos sus pretendientes a la par que insta por detener el amor entre dos de sus lacayos.

Es siempre interesante revivir la manera en la que se hablaba hace siglos en España, aunque supongo que debe ser un infierno de traducir e incluso de entender plenamente para los extranjeros de habla hispana.

Su punto más fuerte es el vestuario y los decorados, aparte de la historia claro está. Son autenticas recreaciones que tienen sus más y sus menos, me ha hecho mucha gracia la escena en la que un lacayo se resbalaba al salir por una puerta, presumo que es por lo poco acostumbrado al calzado y el suelo tan bien pulido.

En fin, tenía que revisitarla y he gozado de nuevo haciéndolo. Claro que con un reparto así difícilmente no podría.

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