sábado, 4 de febrero de 2017

The Postman Always Rings Twice (1946)

Aquí la titulamos "El cartero siempre llama dos veces".

Frank anda recorriendo el país en busca de su destino cuando termina trabajando en un pequeño restaurante de carretera con Nick y su esposa Cora. Pero las cosas se complicarán rápidamente al sentirse atraído por ella y viceversa.

Sigamos por este recorrido de títulos imprescindibles con otro del género noir.

Basada en la novela con el mismo título de James M.Cain. De nuevo no se trata de la primera adaptación, para ello habría que ir a la francesa "Le dernier tournant" (1939), luego estuvo la italiana "Ossessione" (1943). Tras ella llegó la más famosa (posiblemente) "The Postman Always Rings Twice" (1981), y por último tuvo dos adaptaciones más, la húngara "Szenvedély" (1998) y la alemana "Jerichow" (2008).

Protagonizada por John Garfield como Frank Chambers y Lana Turner como Cora Smith. Aparte tenemos a Cecil Kellaway como Nick Smith, salió en "The Beast from 20,000 Fathoms" (1953) y en "Joan of Arc" (1948), entre muchas otras.

Como contraste al carácter inherente malvado de su personaje Lara Turner viste de blanco durante casi toda la película. Una de las escenas más chocantes cuando fue estrenada es el beso con lengua entre los protagonistas.

Este título tiene el detalle de haber sido prohibido, en su momento, en países como Indonesia, Suiza y España.

El policía usa varias veces la expresión "deader than a doornail". Su traducción literal sería "estar más muerto que un clavo de puerta", lo cual es una expresión clásica, se refiere a unos clavos usados en las puertas cuya función era sujetar las maderas que se entrecruzaban y cuya punta se doblaba para que no pudieran salirse, osea los "mataban".

Normalmente en el cine clásico suele llamar la atención como fuman los personajes sin ningún tipo de reparos. Sin embargo en esta película lo que resalta es como Nick pilla unas borracheras de cuidado y luego coge el coche, incluso está a punto de tener un accidente por ir por el carril contrario.

Me encanta que la narración de la película la haga Frank y como le dan un sentido incluso a eso. De todas maneras me cuesta ver desde una perspectiva moderna qué tiene de censurable, los que cometen un delito eventualmente terminan sufriendo las consecuencias y no muestra ninguna conducta indecorosa (los besos quizás).

Lo que sí estoy seguro es que no es ni por la violencia ni por los chantajes a los que son sometidos los protagonistas. Eso nunca es un problema. Gran película, ahora me he quedado con ganas de volver a ver la adaptación de Nicholson y Lange de 1981.

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